El sueño de Joaquina

Joaquina, a quien todos llamaban Joaqui, era una niña dulce y divertida. Amaba los unicornios, los arcoíris y disfrazarse de princesa. Le encantaba dibujar y pintar. Una noche, cuando se quedó dormida, Joaqui soñó que era una princesa.

En su sueño, Joaqui vivía en un hermoso castillo rosa. Las flores en el camino eran de caramelos. Había unicornios por todas partes. En el cielo se veía un arcoíris brillante.

Joaquina estaba muy feliz en su sueño. Caminaba descubriendo cosas mágicas y animales coloridos. Con su vestido de princesa, reía y disfrutaba cada momento. Todo era tan hermoso y perfecto.

De repente, Joaqui vio algo brillante en el suelo. Era una piedra violeta que parecía mágica. La levantó y sintió una energía especial. Sabía que esa piedra tenía un poder único.

Mientras exploraba, Joaqui escuchó una voz que la llamaba. "¡Joaqui, Joaqui, a levantarse!". Ella no entendía, porque pensaba que ya estaba despierta. Pero la voz seguía insistiendo.

De repente, Joaqui se dio cuenta de que todo era un sueño. Tenía que volver a la realidad. Abrió los ojos y vio a su mamá llamándola. Al principio, le costó un poco despertar.

Pero cuando miró a su mamá, volvió a estar feliz. Le encantaba su vida y sabía que siempre podría ser una princesa en sus sueños. Su mamá la abrazó y le dio un beso. Joaqui sonrió y se sintió muy querida.

Lo más extraño fue cuando abrió su mano. ¡Tenía la piedra violeta! Joaqui no podía creerlo. Aunque el sueño había terminado, la magia seguía con ella.